Hace apenas unos meses hablaba con un empresario dedicado al textil, que hablaba de la necesidad de darle un impulso a su empresa. Entre otras muchas cosas le propuse el desarrollo de un producto que le aseguré iba a convertirse en una revolución: Las bragas menstruales.
Me miró con cara de sorprendido, como si me hubiera vuelto loco, como si hablara por hablar y le acabara de proponer una loca ocurrencia hablando de una prenda interior de mujer.
Él tenía la ventaja de que es productor, trabaja con la materia prima y tiene a su disposición diseñadora, modelista, patronista y todo el proceso de creación de esta prenda íntima, excepto la cortadora, pero podía conseguirla.
Inversión: Mínima. Ganas y visión de futuro: Cero.
Luego hay personas que no comprenden cómo no consiguen levantar cabeza en sus empresas. Dedicados siempre a hacer lo mismo y a no innovar. A pensar que el mundo está loco y se equivoca, o que es mejor quedarse quieto que luchar.
Como decía, dos meses después entro a una tienda del grupo Inditex y me encuentro con un producto nuevo disponible… Allí estaban las bragas menstruales (ver video) perfectamente colocadas, con muchas tallas disponibles, con distintos colores y modelos de 4 y 5 capas.
Recordé a este empresario y le envié un Whatsapp con una fotografía de las bragas que tenía justo delante.
Esta es precisamente la diferencia entre creer que un producto va a funcionar porque sí, por una ocurrencia. Y pensar que sí va a funcionar porque observas el mercado, lo analizas y lo estudias. Esto último, queridos amigos es la diferencia entre una ocurrencia y el Marketing.
Una bonita oportunidad de negocio perdida con estas braguitas menstruales, con un riesgo mínimo y una mínima inversión. Ahora ya es tarde y de todos modos sigue pensando que los que no vean las cosas como él somos unos fracasados. Otro días os contaré como ser un «fracasado» según un periódico (se refería a mí), me ha reportado miles y miles de euros de beneficios.
Mi consejo es que te muevas, que lo intentes, que luches, que hagas. Sueña, pero trabaja para que se haga realidad. Deja de quejarte de todo y todos, de tu situación actual, de que la culpa es de las circunstancias y no tuya.
Haz.
Hola! Creo que me faltan caracteres para responderte a este post.
Soy una mujer «tonta».
Debo confesar que resonaba mucho el mensaje de la propuesta sobre usar «unas bragas para la menstruación».
Este producto no te lo venden en la tele, en un súper anuncio con una chica monísima corriendo por la playa, pero la realidad es otra, te lo aseguro.
Para comenzar, me imaginaba metida en un lavabo público, con el suelo sucio, quitándome el pantalón y sacándome las bragas manchadas con la regla para ponerme unas limpias. No lo veía nada claro.
Sin embargo, cuando estás cansada de meterte tampones, copas menstruales (que también son ideales, pero tienes que introducirlas en tu cuerpo), usar compresas de materiales que están en contacto con tu piel, acabas diciendo ¡BASTA! quiero hacer deporte, quiero trabajar, quiero estar en casa, quiero dormir libre.
Así que las probé, y me tocó tragarme mis palabras, como me ha pasado muchas veces antes con otras innovaciones. ¡Me parecieron el invento del siglo!
Creo que el post va con otra perspectiva, pero te animo a que sigas teniendo esta visión ya que YO si las uso y son maravillosas 😉